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Hoteles con Misterio en Toledo

Hace algunos años que asistí en el Paraninfo de Lorenzana a una interesantísima conferencia de Fernando Ruiz de la Puerta titulada “Las Casas Encantadas de Toledo”¹, en las que el profesor dio una amena charla relatando algunos sucesos acaecidos en diferentes viviendas de la ciudad de Toledo. Recuerdo que finalizada la charla, en el turno de preguntas, uno de los presentes que estaba en las primeras filas, y además era amigo de Ruiz, mostró su decepción por cierto detalle. Y es que el profesor, con buen criterio, no dio datos concretos de las viviendas, sino que se limitaba a relatar sucesos en una casa de tal o cual calle de Toledo. Yo lo comprendí perfectamente. Y es que en una pequeña ciudad es muy fácil reconocer a protagonistas de ciertas historias que tal vez no quieren pasar a un primer plano.

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Por eso espero que también comprenda el que lea esta nueva entrada que en parecida tesitura me encuentro yo, narrando conocidos casos y en escenarios identificables, pero que prefiero no mencionar directamente al tratarse de negocios particulares que hoy en día están todavía en funcionamiento. Aún así, invito a aquellos curiosos que deseen obtener datos más concretos a escuchar los audios adjuntos o a indagar en cualquier buscador de Internet, en donde podrán encontrar con cierta facilidad más detalles de los hechos en cuestión.

En este caso vamos a hablar del caso de un par de hoteles de Toledo en donde, todavía hoy en día, ocurren ciertos fenómenos que no tienen explicación sencilla.


El primer caso, y posiblemente más conocido en la ciudad desde hace unos años, se trata de un famoso hotel afuera de las murallas, que ocupa lo que hace años fue un orfanato. Algunos empleados de la limpieza han asegurado escuchar en diferentes ocasiones alboroto de niños, que por momentos parecen jugar, y por momentos parecen entrar en inconsolable llanto. Nada de extraño debería tener este hecho, ya que junto al hotel se encuentra uno de los colegios con más alumnado de la zona. Pero todo cambia cuando este alboroto de niños se escucha en periodo de vacaciones o en horario no habitual de un colegio al uso. Incluso algún que otro cliente ha afirmado pasar la noche con intranquilidad al oír ruidos extraños dentro de la habitación y tener sensaciones extrañas.

Javier Mateo Álvarez de Toledo lo cuenta en su intervención en el programa “Milenio 3” (32’20’’)

Como curiosidad agregar que a finales del pasado verano de 2014, junto a la fachada de este antiguo orfanato fue encontrado un hombre de mediana edad inconsciente a altas horas de la madrugada, sin que los sanitarios pudieran hacer nada a su llegada, ya que falleció antes de que pudieran trasladarlo. Parece ser que el motivo del fallecimiento de este hombre de unos 50 años fue un infarto repentino.


Otro caso más reciente, pero también conocido, es el de un hotel más céntrico y con algo menos de antigüedad que el anterior. Ya venía funcionando como hotel desde hace unos años, pero no fue hasta el año 2005, en el que acometieron una reforma para ampliar el hotel con unas casas anexas, hasta cuando se empiezan a notar los primeros fenómenos extraños. En este programa de radio, de Onda Mencia, facilitan el caso detalladamente (1:01’00’’)

Lo primero que empezaron a notar los trabajadores del hotel, cuando no había ningún cliente alojado, es el sonido como de arrastrar de camas en las habitaciones, y abrir y cerrar de las cerraduras de las habitaciones. Además, ciertos objetos ornamentales que se encontraban sobre los cubre-radiadores, aparecían colocados de forma diferente a la que los dejaban los empleados. También otros “síntomas” habituales de este tipo de fenomenología como es el encender y apagar de luces y aparatos eléctricos sin que medie mano humana.

Los clientes también han sido testigos y víctimas de sucesos inexplicables. Un viajante, cliente habitual del hotel, se presentó asustado en plena noche y en ropa interior en la recepción, pidiendo que le cambiaran de habitación, ya que en la que ocupaba estaban pasando cosas extrañas. Afirmaba que los cajones de los muebles se abrían y cerraban solos, y cuando él quería comprobar qué era lo que pasaba no podía mover estos cajones.

Narra también una empleada de la limpieza cómo vio volcarse una papelera sin que hubiera causa para ello.

El recepcionista de noche, al parecer un hombre ya mayor, también tuvo sus momentos de pánico que provocaron que en más de una noche tuviera que salirse a la calle y refugiarse en su coche hasta finalizar su turno. Y es que frecuentemente oía ruido de inexplicables pasos que recorrían las escaleras y pisos superiores. Parece ser que escuchar golpes y sonidos extraños desde la recepción es algo habitual.

Uno de los momentos más llamativos causó que una empleada que estaba haciendo el turno de noche tuviera que llamar a la policía presa del pánico, y es que inexplicablemente le llegaban a recepción llamadas desde una habitación en concreto, cuando el hotel estaba totalmente desocupado. Desde luego, si se oyen ruidos cuyo origen se desconoce, si se reciben llamadas desde habitaciones desocupadas, si se ven objetos moverse o que han sido movidos… es comprensible tener cierto miedo, o al menos preocupación ante lo desconocido.

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Me gustaría aportar algo de mi experiencia, y es que he trabajado varios años como recepcionista nocturno en varios hoteles, y también he tenido experiencias de este tipo, pero en todos los casos fácilmente explicables. La mayoría de experiencias de este tipo fue en un hotel fuera de las murallas situado en un edificio de no demasiada antigüedad, pero sí con algo de historia.

El funcionamiento de los ascensores sin la intervención de ningún usuario era algo que me alertaba frecuentemente durante mis primeras noches en solitario. Pero con el tiempo y aclaración del técnico comprobé que es parte normal de su funcionamiento. Y es que en algunos casos están programados para que pasado cierto tiempo desde su último uso regresen de forma automática a la planta en donde reciben más clientes. En este caso pasados diez minutos después de que algún cliente subiera a su habitación regresaba sólo a la planta de recepción.

Los golpes fuertes, y sensación de escuchar murmullos cuando no había nadie, también era una sensación habitual. Pero enseguida comprobé que era la máquina de hacer hielo de la cafetería. Y es que en el silencio de la noche muchas veces los sentidos engañan.

También sufrí en carnes propias el funcionamiento descontrolado de los teléfonos. Algunas veces recibía en recepción llamadas desde habitaciones que estaban desocupadas, o algunos clientes recibían llamadas desde la recepción sin que yo hubiera llamado a la habitación. En este caso la solución no era demasiado complicada. Las líneas se encontraban “sucias” debido a, por ejemplo, la programación errónea del servicio de despertadores, y bastaba con limpiarlas marcando los códigos que indicaban las instrucciones de la centralita.

Dicho esto supongo que habrá algunas cosas que tendrán su sencilla y lógica explicación, aunque también comprendo que cuando hay aparatos que funcionan incorrectamente y los técnicos no encuentran explicación, o cuando se ven y escuchan cosas cuyo origen no se conocen el miedo se apropie del más valiente.

El caso del viajante que acudió asustado a la recepción del hotel anterior me ha traído a la memoria una conversación que tuve en su día con un viajante que acudía frecuentemente al hotel en el que yo trabajaba. Por acuerdo con su empresa cuando venía a Toledo solía pernoctar en dos hoteles. Uno era en el que yo trabajaba, y el otro el primero del que hemos hablado,  el edificado sobre un antiguo orfanato. Era un cliente que podía venir sin previo aviso a altas horas de la madrugada, y con el que teníamos un trato preferencial al ser un cliente habitual. Pese a que no teníamos servicio de restaurante siempre teníamos la deferencia de prepararle en la cafetería un sándwich o algo de picar, y a esas altas horas, en las que no había nadie más, era inevitable mantener conversación con el único cliente despierto. Recuerdo que me decía que, pese a que el otro hotel estaba más céntrico y disponía de restaurantes y más servicios alrededor, prefería no ir allí. Y es que, según comentaba, no podía dormir bien porque siempre le pasaban cosas raras en la habitación. En aquel momento no le di mayor importancia y no le pregunté, pensando que podría tratarse de cosas triviales como fallos en la calefacción, o ruidos de las tuberías del baño. Hoy me arrepiento y me pica la curiosidad de a qué se referiría.

Si conoces algún caso más, o más información de estos mencionados, no dudes en compartirla aquí.


1. Conferencia celebrada en el Paraninfo de Lorenzana el 23 de Abril de 1998, organizada por la Asociación Popular de Estudiantes Universitarios (A.P.E.U.), con la colaboración del Centro de Estudios de lo Imaginario de Toledo. Actualmente tengo grabada dicha conferencia en VHS y deseo digitalizarla para poderla publicar aquí previo permiso de Fernando Ruiz de la Puerta

El caso de San Pedro Mártir

Claustro de San Pedro Mártir. Fotografía de José Luis Filpo Cabana

Claustro de San Pedro Mártir. Fotografía de José Luis Filpo Cabana

Si tuviéramos que elegir un lugar de Tóledo célebre por sucesos extraños acontecidos en él, y conocidos por casi todos los habitantes de la ciudad, ese no es otro que el antiguo convento de San Pedro Mártir. Y es que este edificio, hoy reconvertido en Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales, es uno de los más visitados por los estudiantes toledanos, ya sea por que están allí matriculados, o simplemente porque van a hacer uso de su amplia y tranquila biblioteca.

Un poco de historia

En el año 1407, sobre unas casas propiedad de doña Guiomar de Meneses y don Alonso Tenorio de Silva, se ubicó en este lugar un convento de frailes dominicos bajo la advocación de San Pedro Mártir. Poco a poco, con el paso de los años, los frailes recibieron en donación más propiedades aledañas o fueron comprándolas, llegando a ocupar una extensión de casi doce mil metros cuadrados. Se dio la circunstancia que tuvieron que unir parte de sus propiedades con un cobertizo, e incluso construir en una calle pública, por lo que el Ayuntamiento les obligó a perpetuidad a que permitieran el paso a los ciudadanos por el interior del templo y del claustro, que por este motivo fue conocido como el “claustro de las procesiones”. Esta obligación debía cumplirse desde la salida hasta la puesta del sol, y estuvo vigente hasta la exclaustración del templo en 1835.

Este convento tuvo gran importancia, no sólo por su tamaño, sino por otras circunstancias peculiares, como por ejemplo que en él establecieron los Reyes Católicos la primera imprenta que hubo en Toledo. Aquí se imprimían las famosas bulas que se comerciaban en la cercana calle que tomó nombre de esta actividad, la calle de las Bulas. La actividad de la imprenta duró hasta finales del XIX, por la constancia que queda de las últimas obras allí impresas.

Otro motivo por el que es célebre este convento es por haber sido sede del Tribunal de la Inquisición en 1485, ya que los dominicos tenían encomendado el juicio de las causas. Desde aquí es desde donde partían a Zocodover los encausados por la Inquisición, camino a la plaza de Zocodover, en donde tendría lugar el auto de fe. Nada más lejos de la leyenda urbana que afirma que en este convento los inquisidores torturaban y ejecutaban a herejes y acusados de injurias contra la fe. En esta época, la de mayor auge del convento, llegaron a morar entre sus paredes más de sesenta frailes, muchos de ellos afamados miembros del Santo Oficio.

Otro capítulo importante del edificio se puede datar durante la invasión francesa, en dónde tropas del ejército de Napoleón lo tomaron como albergue, llegando a causar notables desperfectos.  Son estos acontecimientos los que utilizó Bécquer para una de sus más célebres leyendas,  la de “el beso”, cuya lectura recomiendo encarecidamente.

Estatua orante en la Iglesia de San Pedro Mártir - Fotografía de Fjdrevorio

Estatua orante en la Iglesia de San Pedro Mártir – Fotografía de Fjdrevorio

Tras la exclaustración del convento fue utilizado para fines diversos. Primero como cuartel de Milicias Nacionales. Posteriormente pasó a la Comisión Provincial de Monumentos que lo declaró “Panteón Provincial” y lo utilizó para guardar las obras artísticas salvadas de otros edificios, como diversos mausoleos. En el año 1846 el edificio se cede a la Diputación Provincial, que lo utilizó como asilo, circunstancia que acarreó que la imprenta en esta época se conociera como “Imprenta del Asilo”.

El 27 de mayo de 1993, tras una profunda remodelación, se inauguró el edificio que iba a ser destinado a sede de la Delegación del Gobierno y de la Administración del Estado, pero en la ceremonia inaugural el por entonces Presidente de la Junta de Comunidades de Castilla La Mancha, José Bonó, solicitó al Ministerio del Interior que le cediese el edificio para edificio universitario, fin que hoy en día sigue cumpliendo.

(Historia Tomada del libro “Fantasía y Realidad de Toledo”, de Ángel Santos y Emilio Vaquero, Ed. Azacanes).

Lo que se cuenta

Desde que San Pedro Mártir fue ocupado por cientos de profesores, alumnos, y empleados de la Universidad de Castilla la Mancha son del dominio público los rumores que afirman que entre aquellos antiguos muros suceden algunas cosas que carecen de explicación lógica. Y esto resulta de mayor interés si cabe debido a la coincidencia de los testimonios de numerosos testigos que afirman haber visto algo muy parecido, al margen de su edad u ocupación en el centro.

De hecho los testimonios provienen de alumnos, empleados de limpieza, empleados de seguridad, personal de la Universidad, o simples visitantes.

Uno de los testimonios más repetidos se refieren a la visión de una figura difuminada, que algunos describen como una débil humareda blanca, que suele verse por algunos lugares del antiguo convento, principalmente algunas zonas como el claustro, la biblioteca, la iglesia, o la sillería superior. Afirman los testigos que esta humareda blanca se desplaza como si fuera flotando, y de manera bastante rápida, de forma que nunca suele verse por un periodo superior a tres o cuatro segundos. Algunos testigos han ido más lejos, e incluso afirman haber visto este fenómeno de forma más clara, pudiéndose vislumbrar una figura femenida ataviada con una especie de hábito blanco, como si de una monja se tratase. Esta versión está bastante extendida entre el personal de limpieza, quienes incluso, tal vez para vencer el temor que pudiera causar, se refieren a esta figura como “Encarna”. Y es que, con toda naturalidad del mundo, cuando las limpiadoras van a entrar en alguna de las dependencias en donde suele manifestarse esta visión, lo hacen al aviso de “Encarna, no me asustes que voy a entrar”, llegando a despedirse de la misma forma que entraron.

Cabe destacar que en la historia de San Pedro Mártir no destaca la presencia de ninguna mujer, ya que siempre albergó religiosos del sexo masculino. No obstante casi todos los enterramientos que hay allí son de los religiosos dominicos, con la excepción de dos enterramientos de mujeres traídos aquí durante su uso como “Panteón Provincial)

Estas limpiadoras protagonizaron un conocido capítulo en estos fenómenos de San Pedro Mártir. Tras limpiar una de las aulas de la planta baja del claustro, y dejar perfectamente limpia la clase y bien ordenadas las más de cincuenta mesas y sillas, subieron al primer piso del claustro para continuar con sus labores. Al subir las escaleras vieron que la luz del aula que acababan de limpiar se encontraba encendida, y volvieron con el fin de apagarla. Su sorpresa fue mayúscula cuando al entrar comprobaron que la totalidad de mesas y sillas que habían dejado perfectamente colocadas se encontraban desorganizadas, y eso en apenas un minuto de tiempo. Sin comprender que podía haber pasado, ya que el edificio estaba cerrado al alumnado y sólo ellas y el conserje estaban en ese momento en su interior, se dirigieron a éste, quien decidió llamar a la policia por si alguien se había colado en el centro. Al poco se personó la policía en el viejo convento, y tras hacer una inspección comprobaron que allí no había nadie escondido.

Otro tanto sucede con el personal de seguridad, que tiene que pasar largas horas en San Pedro Mártir cuando no hay nadie más en su interior. Cabe destacar que estos trabajadores son los menos dados a hablar del tema, ya que comprensiblemente pueden temer por su puesto de trabajo. Durante un tiempo desempeñé un puesto similar, y conozco de primera mano que las empresas de seguridad no hacen caso y desprecian este tipo de comentarios de sus trabajadores. Pero aún así son muchos los relatos que en los últimos años por boca de estos guardias de seguridad se han extendido entre la comunidad universitaria, y por extensión entre los ciudadanos de Toledo.

Mucho se ha hablado del extraño funcionamiento de los ascensores durante la noche sin que nadie pueda operar los botones. Los ascensores comienzan a funcionar deteniéndose en cada planta, abriendo sus puertas, y volviéndolas a cerrar. Fenómeno muy repetido en otros emplazamientos similares. No creo que se debiera dar mayor importancia a esto, ya que muchos ascensores están programados para retornar pasado cierto tiempo a la planta en donde hay más afluencia de público. O incluso un fallo en la botonera pudiera causar este extraño funcionamiento. Aún así se comenta que más de un vigilante de seguridad se ha sobresaltado por ello, y no hay explicaciones lógicas que les tranquilicen.

También se habló hace varios años que estos vigilantes de noche escuchaban ruidos en las plantas superiores, como de pasos y arrastrar de muebles, y que cuando subían a comprobar qué era lo que ocurría no encontraban el motivo del ruido de los inexplicables pasos, pero sí encontraban el mobiliario en algunos lugares colocado de forma diferente a la habitual, lo que en más de una ocasión propició la correspondiente llamada a la policía.

Tristes y conocidos son en la ciudad los dos fallecimientos de vigilantes de seguridad durante su servicio nocturno en un lugar determinado; la iglesia conventual. Según se afirma uno de estos fallecimientos puede tener su explicación lógica, ya que el trabajador llegó precipitadamente al cambio de turno y con evidentes signos de fatiga. El diagnóstico del fallecimeinto fue infarto de miocardio. El otro compañero no tiene explicación tan sencilla, aunque posiblemente tenga también su lógica explicación, a pesar de tratarse de un joven sin aparentes problemas de salud. Lo que llama la atención es que un hecho tan poco habitual como es el fallecimiento de un vigilante se haya repetido en un intervalo de menos de diez años en el mismo lugar. Aún así, y debido a lo delicado del tema, son cosas de las que no se ha vuelto a hablar abiertamente.

Portada de la Iglesia de San Pedro Mártir - Fotografía de Miguel Hermoso Cuesta

Portada de la Iglesia de San Pedro Mártir – Fotografía de Miguel Hermoso Cuesta

La biblioteca de San Pedro Mártir es uno de los lugares más utilizados por la comunidad universitaria de Toledo, y suele estar siempre llena de alumnos que acuden allí a estudiar con tranquilidad. Pero eso es en las horas de mayor tránsito, ya que a últimas horas esta biblioteca no suele estar tan solicitada. De hecho, en épocas de exámenes, la Universidad suele habilitar otras aulas para su uso como estudio. Sin embargo muchas de ellas no son ocupadas, debido al recelo de los estudiantes a permanecer en ellas cuando la ocupación no es alta.

Finalmente son muchos los estudiantes que aseguran haber visto también esta figura vaporosa que se desliza por ciertas zonas, aunque habría que ver si en algunos casos es mera sugestión, o simple afán de protagonismo. Aún así es llamativo que todos los testimonios coinciden en la descripción de esta “humareda o nube blanca”, sin alarde ni fuegos artificiales que exageren la visión.

Lo que sí es cierto que el edificio de San Pedro Mártir es a día de hoy el edificio de Toledo dónde más conocidos son sus extraños fenómenos. Puede ser que tenga una explicación lógica, que se trate de una sugestión generalizada, o incluso cierta histeria colectiva. Pero mientras no llegue esta explicación continuará siendo uno de los misterios toledanos más destacados.

En este enlace se puede ver reportaje sobre el asunto emitido en el programa “Cuarto Milenio” (Buscar 1:33’15”)

http://www.mitele.es/programas-tv/cuarto-milenio/temporada-7/programa-274/